No sé si estoy emocionado, nervioso o directamente loco. Pero hoy empieza algo.
Ayer, 25 de marzo de 2025, mandé mi novela a Amazon KDP.
Eso quiere decir que, como mucho en 72 horas, estará a la venta en internet. Es oficial. Y da vértigo.
Hasta ahora Prisión Invisible: Zero no era más que un archivo en mi ordenador, un proyecto que me había consumido días, noches, dudas, vueltas y alguna que otra charla conmigo mismo de esas que acaban con un “¿pero tú estás bien?”.
Pero hoy ya no me pertenece.
Hoy es un libro. Está fuera. Vive por su cuenta.
No he llamado a mis amigos para que lo compren. No le he pasado el enlace a mi familia. Esto va por otro camino.
Quiero que la lea gente que no me conoce de nada. Gente que no me debe favores ni palmadas en la espalda. Quiero ganármelo de verdad. Como se gana una guerra: con estrategia, paciencia y un poquito de suerte.
Esto va a ser un experimento personal.
De momento estará solo en digital.
Pero ya tengo en mente una edición en papel. Pocas copias. Muy selectas.
Voy a elegir a cinco personas para enviarles la novela. A ver si la abren, la leen, y qué les parece. Ya tengo en mente tres nombres. Si tú crees que deberías ser uno de los dos que faltan… quizá este sea el momento de decírmelo. O de leértela y ganarte el hueco.
Prisión Invisible: Zero es una historia distópica. Pero sobre todo es un reflejo.
Un espejo incómodo. Habla de control, de sistemas que parecen cómodos pero nos aprietan el cuello, de cómo una simple «validación digital» puede acabar siendo una cárcel en la que ni te diste cuenta de que entraste.
Ya publiqué hace un tiempo un post con más detalles, la sinopsis y lo que te vas a encontrar dentro:
👉 Puedes leerlo aquí.
No sé si lo leerá una persona o cien. Pero con que haya una sola que llegue al final y diga “hostia…”, yo ya estoy pagado.
Esto es solo el principio.
Nos vemos en las sombras del sistema.
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