En el pueblo en el que vivo han puesto en algunos parques pequeños armarios donde dejan libros y el otro día pille este
¿Qué harías si encontraras un huevo de dragón en medio del bosque?
Eso le sucede a Eragon, un joven granjero cuya vida da un giro espectacular tras un hallazgo aparentemente inofensivo. Lo que sigue es una aventura épica que mezcla dragones, magia, imperios corruptos y una lucha ancestral por la libertad. Si aún no has leído Eragon, te estás perdiendo una joya de la literatura fantástica juvenil que, pese a los años, sigue dando que hablar.
¿Por qué leer Eragon (aunque ya no tengas 15 años)?
Christopher Paolini escribió esta novela cuando tenía solo 15 años. Sí, QUINCE. Y eso no es solo un dato curioso para presumir en una conversación friki: es la prueba de que el talento no entiende de edad. Pero no te dejes engañar por la juventud del autor: Eragon tiene una estructura clásica de héroe, un worldbuilding potente y un ritmo narrativo que no te suelta ni aunque venga un dragón a llevarte volando.
La historia sigue a Eragon, un chico huérfano criado en un pueblo perdido del imperio de Alagaësia. Un día encuentra una piedra azul brillante que resulta ser un huevo de dragón (como quien encuentra un décimo premiado de la Lotería, pero con escamas). De ese huevo nace Saphira, una dragona majestuosa y sarcástica que se convierte en su compañera inseparable.
A partir de ahí, Eragon es perseguido por soldados imperiales, entrena con un sabio cuentacuentos que no es lo que parece, y descubre que ha sido elegido como el nuevo Jinete de Dragón. La misión: derrocar a un emperador tiránico que controla el mundo con puño de hierro y un ejército de horrores mágicos.
Lo que hace a Eragon especial (y lo que lo hace eterno)
Un universo con alma: Paolini crea un mundo que bebe de Tolkien, Star Wars y Dragonlance, pero con voz propia. Lenguas élficas, razas en conflicto, tierras malditas, ciudades élficas ocultas, todo tejido con un cariño que se nota en cada página.
Relación jinete-dragón: Saphira no es una mascota, es una compañera con personalidad, sabiduría ancestral y sentido del humor. La relación entre Eragon y Saphira es uno de los pilares emocionales de la saga.
Magia con reglas: Aquí no basta con decir “abracadabra”. Los hechizos tienen consecuencias, requieren energía, y pueden matarte si no los controlas. Esto le da un peso realista y táctico a los enfrentamientos mágicos.
Una evolución real del protagonista: Eragon no empieza sabiendo blandir espadas ni lanzar hechizos. Tiene errores, dudas, y momentos de arrogancia. Crece con cada capítulo, y eso hace que lo acompañemos con empatía.
¿Tiene puntos flojos? Claro. ¿Y qué?
Sí, a veces se nota que el autor era joven. Algunas descripciones se alargan, hay clichés del género y los diálogos pueden sonar demasiado épicos en momentos que no lo necesitan. Pero ¿sabes qué? Eso también es parte de su encanto. Es una obra que crece con su autor y con el lector. Leer Eragon es como ver cómo alguien aprende a escribir mientras te cuenta una historia que no puedes dejar de leer.
¿Y después qué?
Eragon es el primer libro de la saga El Legado, seguido por Eldest, Brisingr y Legado. En 2023, Paolini volvió con una nueva novela ambientada en este mundo: Murtagh, centrada en uno de los personajes más complejos y oscuros de la saga original. Así que si te engancha, tienes para rato.
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